Toda psicoterapia es un viaje. La paciente, el paciente, como un Ulises moderno, derrotará los cantos de sirena que lo anclan al pasado. Con el acompañamiento apropiado irá enfrentándose a enemigos y peligros a los que nunca antes había desafiado; descubriendo en este trayecto su propia fortaleza interior. El viaje, como el de Ulises, concluirá con el paciente, la paciente, encontrando su lugar en el mundo.